Un Partido Comunista que pretenda de verdad ser una herramienta útil de la clase trabajadora ha de tener una estrecha ligazón con la misma. No se puede pretender defender a una clase de la que no se conoce su sufrimiento, sus preocupaciones y su realidad.
Con esto quiero decir que no debemos olvidar lo que somos, la clase trabajadora esta en las calles, en la oficina del INEM, en la universidad, en los institutos, en los centros de trabajo... No en despachos.
Por último tampoco debemos olvidar que el partido no solo debe concienciar y enseñar a la clase trabajadora, sino que también ha de aprender de esta clase. La relación entre el partido y la ya mencionada clase tiene que ser dinámica y participativa, alejada de la enseñanza vertical y pasiva por parte de los alumnos que vivimos en el sistema actual.
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